





Bañar a tu perro no tiene por qué ser una experiencia traumática. Con algunos ajustes puedes convertirlo en un momento tranquilo y hasta placentero.
Tips clave:
- Usa agua tibia, nunca fría ni caliente.
- Elige un champú específico para su tipo de piel.
- Premia antes, durante y después con caricias o snacks.
- Evita mojar sus orejas y ojos.
- Sé paciente y habla con voz calmada.
Si tu animal de compañía es muy nervioso, puedes comenzar poco a poco: primero con toallas húmedas, luego solo las patitas, y así ir avanzando. Y si todo falla, la estética profesional es siempre una excelente opción.
Un baño sin estrés fortalece el vínculo entre tú y tu animal de compañía.