El Día de Muertos es una de las tradiciones más significativas de nuestra cultura mexicana.

Es el momento de recordar con cariño a quienes ya no están, y entre ellos también a los animales de compañía que nos dieron su lealtad, alegría y compañía incondicional.
Colocar un pequeño espacio en el altar dedicado a ellos es una forma de agradecerles todo lo que compartimos. Una foto, su collar, su juguete favorito o incluso un platito con su comida preferida son detalles sencillos que mantienen vivo su recuerdo.
En la cultura mexicana, el xoloitzcuintle, raza ancestral y símbolo de la película Coco, representa el acompañante fiel que guía a las almas en su camino. Recordarlos en estas fechas nos conecta con esa visión: el amor de un animal no termina con su partida, permanece como luz en nuestra memoria.
Si quieres incluir a tu compañero en tu altar de Día de Muertos, aquí te compartimos algunos elementos:
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Fotografía de tu compañero como centro del homenaje.
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Flores de cempasúchil, símbolo de luz y guía en el camino.
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Collar, correa o placa de identificación que lo acompañó en vida.
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Su juguete favorito, como recuerdo de los momentos de juego.
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Un platito con su comida o premio favorito.
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Velas que representan la luz que ilumina su recuerdo.
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Un mensaje escrito o dibujo hecho por la familia, como expresión de amor.
Hacerles un homenaje no solo honra su vida, sino también nos ayuda a sanar y a celebrar el vínculo tan especial que tuvimos con ellos. El Día de Muertos nos recuerda que quienes amamos nunca se van del todo, porque permanecen en nuestros corazones.
“En el Día de Muertos, las flores de cempasúchil iluminan el sendero y un xolo eterno acompaña las almas. Así, el amor de quienes partieron regresa en cada recuerdo, vivo y luminoso en nuestro corazón.”





