





Los perros, con sus oídos tan expresivos y juguetones, son propensos a infecciones debido a su anatomía.
La humedad, la suciedad o los alérgenos pueden quedar atrapados en el canal auditivo, creando un ambiente ideal para el crecimiento de bacterias y levaduras. Afortunadamente, con una rutina de cuidado adecuada, es posible prevenir estos problemas y mantener los oídos de tu animal de compañía saludables y felices.
Para prevenir infecciones, te recomendamos lo siguiente:
- Inspección regular: Revisa los oídos de tu perro al menos una vez a la semana. Busca enrojecimiento, inflamación, mal olor o secreción oscura.
- Limpieza suave: Utiliza un limpiador de oídos veterinario y una gasa. Limpia solo la parte visible de la oreja, nunca introduzcas bastoncillos de algodón en el canal auditivo.
- Secado después del baño: Después de bañarlo o si ha nadado, asegúrate de secar bien sus oídos para evitar que la humedad se acumule.
Si notas cualquier signo de infección, como rascado excesivo, sacudidas de cabeza o dolor al tocar, es crucial no automedicar y acudir de inmediato a tu Médico Veterinario para que diagnostique la causa y proporcione el tratamiento adecuado, garantizando el bienestar de tu compañero.