Nuestros amigos caninos sufren de cataratas, de forma muy similar a lo que nos pasa a nosotros.
Las cataratas aparecen a lo largo de los años y consisten en la formación de una película opaca en los ojos.
Esto hace que el paciente vea como si lo estuviera haciendo a través de un vidrio empañado.
Te darás cuenta de que tu perro sufre de cataratas si:
- Tiene los ojos opacos.
- Sus movimientos se tornan lentos y dubitativos.
- Tiene miedo a brincar o jugar.
- Se rasca los ojos.
- Te das cuenta de que no está viendo bien.
Afortunadamente, existen intervenciones para corregir este problema.
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