Si tu perro se rasca con frecuencia, se lame las patas o se muerde zonas específicas, no lo tomes a la ligera.
Aunque a veces puede deberse a algo pasajero, también puede ser señal de un problema dermatológico que requiere atención.
Las causas más comunes incluyen alergias alimentarias, dermatitis por contacto, picaduras de pulgas o incluso infecciones por hongos o bacterias. Rascarse en exceso puede causar heridas, pérdida de pelo y mucho malestar.
En la Clínica Veterinaria del Bosque realizamos diagnósticos completos para identificar el origen del problema y ofrecer el tratamiento adecuado. A veces basta con un cambio en la alimentación, un shampoo específico o el control de parásitos externos.
No esperes a que se vuelva crónico: una revisión a tiempo puede marcar la diferencia.





