Las serpientes tienen habilidades cognitivas que nos pueden sorprender.
Por ejemplo, se ha demostrado que pueden resolver problemas, como encontrar la forma de escapar de ciertos lugares cerrados, o moverse en ambientes complejos para encontrar comida.
Esto sugiere que pueden aprender y adaptarse, lo que indica que son inteligentes.
Algunas especies también demuestran habilidades sociales al formar grupos en los periodos de hibernación.
Se hace evidente su inteligencia, dada su capacidad de adaptarse, aprender, e interactuar con su entorno.