Los gatos son más independientes que los perros, por lo cual es un poco más complicado enseñarles trucos.
Pero con un poco de paciencia y disciplina, lo puedes conseguir.
Te recomendamos darle refuerzos positivos a tu gato, nunca lo regañes ni le pegues.
Comienza con un truco simple y empieza a incrementar la dificultad.
Ofrécele premios y palabras positivas cuando haga lo que deseas.
Trabaja en encontrar el momento adecuado para enseñarle los trucos, por ejemplo, cuando está relajado o demuestra curiosidad.
El éxito también dependerá de tu constancia y de la personalidad del gato, ya que cada uno es diferente.