Si tienes un gato como animal de compañía, debes saber que a la mayoría de los michis no les agrada que les toquen o acaricien su barriga, patas (especialmente las traseras), la parte final de su lomo y la base de la cola.
Lo que sí disfrutará muchísimo tu gato son los mimos que le realizas en su cuello, cabeza y cara, especialmente en las zonas en las que están localizadas sus glándulas faciales como mejillas, barbilla, así como arriba y detrás de las orejas. Al acariciarlo en estas áreas, podrás notar cómo son sus favoritas, cae derretido y algunas veces hasta puede ronronear.
Recuerda que siempre que te aproximes a un gato, debes tener en cuenta su lenguaje corporal, ya que te permite comprender si está dispuesto a que lo mimes o si le molesta tu acercamiento. Generalmente, puedes darte cuenta de esto por la forma como posiciona sus orejas, el movimiento de su cola, la forma en que acomoda sus bigotes, la postura de su cuerpo en general y los sonidos que realiza.