La temporada de invierno llega con días de frío y vientos, por lo que debemos estar atentos para que nuestros gatos no experimenten frío, ya que pueden resfriarse, igual que nos sucede a nosotros cuando estamos expuestos a frío muy fuerte o por largos períodos de tiempo.
Estas son algunas señales de que tu michi puede estar afectado por el clima:
- Cambios en su comportamiento habitual.
- Se hace bolita en lugares cálidos con mayor frecuencia.
- Evita estar en losetas o sitios fríos de tu casa.
- Se duerme mucho donde le da el sol o cerca a la calefacción.
- Pasa más tiempo debajo de mantas y cobijas.
- Maúlla con insistencia.
- Busca lugares estrechos para refugiarse.
Si percibes que tu gato estornuda, tose, tiene mucosidad nasal y/o lagrimea, debes prestar más atención, y si la situación no mejora, recuerda acudir a tu médico veterinario.