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Los gatos son muy ágiles y curiosos, lo cual los hace susceptibles a lastimarse.
Al mismo tiempo, es difícil darse cuenta cuando están lastimados, porque su naturaleza es ocultar sus debilidades.
Te sugerimos estar muy pendiente del comportamiento de tu gato, y siempre revisarlo cuando interactúes con él, con la finalidad de detectar cualquier lastimadura o enfermedad.
Si sospechas que algo anda mal, llama o acude de inmediato al Médico Veterinario.