Por más cuidadosos que seamos, a veces es inevitable que a nuestro gatito se le peguen algunos parásitos.
Las formas más comunes de que esto ocurra son:
- Por estar en contacto con heces de otros gatos.
- Por cazar animales infectados, como ratones.
- Por estar en contacto con otros gatos.
- Mediante pulgas.
Las medidas preventivas son:
- Higiene. Limpiar siempre su arenero y platos de comida y agua.
- Evitar que esté en contacto con gatos callejeros.
- Alejarlo de lugares donde pueda encontrar ratones, insectos, etc.
- Siempre asegurarse de que su pelaje está limpio. Lo puedes limpiar con paños húmedos, jabón en espuma o bañarlo para que siempre esté limpio.
Si notas que tu gato no tiene energía, tiene un comportamiento diferente al normal, o no come bien, es probable que tenga lombrices, llévalo a tu veterinario para una revisión.